La presentación estándar, más simple y que probablemente es la que más usemos es la presentación que comienza con un lance aguas arriba, digamos por ejemplo a 45 grados, y se hace derivar las ninfas hasta que están más o menos a 45 grados aguas abajo de la posición del pescador.
En la presentación hay una zona objetivo, la cual suele comenzar en un punto un poco aguas arriba del pescador, y se extiende un poco aguas abajo. El lance debe hacerse a un punto lo suficientemente aguas arriba para que las ninfas puedan profundizar lo suficiente para cuando alcancen la zona objetivo.

Tan pronto como las moscas entran en el agua, la primera acción a tomar es mantener controlado el hilo, agarrándolo con la mano de la línea, y pasándolo a la mano de la caña, sujetándolo con el dedo índice de esta. Una vez que las ninfas han entrado en el agua, hay que evitar dejar flotar el hilo y el indicador en el agua levantando la caña y tirando del hilo con la mano de la línea. Se trata de evitar que el sedal, el indicador y el hilo queden flotando, pero manteniendo suficiente hilo flojo para asegurar un descenso adecuado de las ninfas. Cuanto más profunda y rápida sea el agua, más lejos aguas arriba habría que lanzar. Esto hace que en el caso de aguas poco profundas no sea necesario lanzar mucho más arriba de la zona objetivo, ya que las ninfas podrían tocar el fondo antes de que alcancen esa zona. La fase de hundimiento no termina hasta que las ninfas alcanzan la profundidad objetivo. En este punto, la caña debe mantenerse a una altura que permita mantener el indicador fuera del agua, formando una suave curva. A partir de ese momento, la punta de la caña se debe mover aguas abajo de forma paralela a la corriente y un poco por delante de las ninfas. Es el arco o curva que se forma en el indicador lo que nos proporciona la mejor evidencia de que las ninfas están siendo guiadas correctamente. Durante la fase a profundidad constante no todo el control se logra a través de la acción sobre la caña, ya que hay que recuperar el exceso de hilo que se va generando en la parte de esta fase que está aguas arriba. Tanto el movimiento de la caña como la recuperación de hilo que hace la mano de la línea deben ser suaves y continuos, para así mantener estable la punta de la caña y evitar balanceos y movimientos bruscos. A medida que la caña se mueve aguas abajo las ninfas empiezan a estar por debajo de la posición del pescador. La deriva se continúa aguas abajo hasta que el pescador no puede mantener la curva del indicador ni el ángulo de avance mediante el movimiento de la caña. En esta posición, el hilo se tensa inevitablemente y comienza la fase aguas abajo en la que las ninfas se balancean y se elevan desde el fondo.

La forma en la que se ejecuten cada una de las tres fases va a determinar el éxito final de la presentación. Las tres son importantes si se quiere obtener el máximo beneficio, así que compensa aprender a ejecutar correctamente todas y cada una de ellas.
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