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La importancia del ángulo de lanzado

Updated: Feb 5, 2021

La necesidad de variar la profundidad de trabajo de nuestras ninfas viene originada por diversas causas. La más común es la variedad de profundidades de los tramos del río. Pero también una muy importante que viene dada por el comportamiento de las truchas, y que hace que puedan alimentarse a diferentes profundidades. Esta variación en el comportamiento de las truchas depende de distintas circunstancias como la época del año, la temperatura del agua y la actividad de los insectos. Cuando hay eclosiones las truchas andan a la busca de los insectos que están emergiendo y que se sitúan por encima del fondo del río en una posición intermedia en la columna de agua. En general, las truchas se encontrarán más pegadas al fondo en invierno, por lo que en esta época las ninfas tendrán que hundirse rápido y permanecer cerca del fondo durante la mayor parte de la deriva. En verano, sin embargo, los peces están generalmente alimentándose de forma más activa y podría ser efectivo realizar pasadas largas a media profundidad. Esto requerirá una velocidad de hundimiento lenta y ser capaz de mantener las ninfas a media profundidad (sin que haya exceso de tensión en el hilo), de forma que resulten atractivas para los peces que están a la caza de insectos emergentes. La profundidad a la cual se hayan los peces en épocas del año que no son claramente el inicio de temporada o el verano, es más difícil de determinar, por lo que la estrategia en estos casos sería hacer una prospección de las diferentes profundidades para investigar donde están las truchas.


Para controlar la profundidad de pesca es muy útil controlar el ángulo de lanzado. Este ángulo es el valor inicial del ángulo aguas arriba U, que es un ángulo que va a ir cambiando a lo largo de la deriva. Es decir al principio el ángulo U quedará definido por el ángulo de lanzado y progresivamente se irá reduciendo a medida que las ninfas van derivando río abajo. El ángulo U será positivo cuando las ninfas estén aguas arriba del pescador y negativo cuando estén aguas abajo, siendo de 0º cuando la caña está enfrente del pescador y perpendicular a la corriente.

Una deriva típica comienza cuando las ninfas entran en el agua con un ángulo aguas arriba U positivo, como por ejemplo 45º. Inmediatamente después las ninfas derivarán a merced de la corriente, terminando en una posición aguas abajo de por ejemplo, - 45º.



Comprender cuál es el efecto de este ángulo nos dará una de las herramientas más valiosas para el control de las derivas. Este ángulo afecta mucho porque cuando es positivo la corriente tiende a arrastrar las ninfas hacia el pescador, generando el efecto de hilo flojo. Es decir, hace que la tensión en el hilo se reduzca y que las fuerzas de arrastre sobre las ninfas se vean reducidas, lo cual va a favorecer su hundimiento. Cuanto más aguas arriba se realice el lance menor es la fuerza que la corriente hace sobre el sedal, debido a la orientación que el sedal toma con respecto a la corriente. Esto tiene como resultado que cuanto más aguas arriba se haga el lance, las ninfas se hundirán más rápido, y llegarán con mayor profundidad a la zona objetivo. Esto es de mucha utilidad ya que nos va a permitir controlar la profundidad de trabajo de las ninfas. Podremos entonces realizar derivas a diferentes niveles y también pescar tramos con diferentes profundidades sin cambiar el aparejo, simplemente a través de variar el ángulo de lanzado (ángulo U inicial).



Diferentes derivas con diferentes ángulos U. Cuando lanzamos al punto 1 las ninfas profundizan más que lanzando al punto 2. El ángulo U más pequeño en 3 resulta en una deriva a menor profundidad

En la pesca al hilo una de las herramientas más importantes para controlar la profundidad de trabajo de las ninfas es usar diferentes ángulos de lanzado aguas arriba. Es de suma importancia acostumbrarse a elegir el ángulo de lanzado adecuado usando por ejemplo 60º, 45º, 20º o incluso 0º para poner las ninfas a la profundidad deseada.

Cuando se inicia la pesca de una zona del río, si este es un tramo con condiciones normales, lo más habitual es que hagamos una presentación estándar cruzada aguas arriba. Así lanzaremos con un ángulo aguas arriba que permita que las ninfas lleguen al fondo a tiempo de llegar a la mejor zona con la profundidad correcta. Si tras haber realizado varias derivas con este tipo de presentación no tenemos éxito, podemos considerar la posibilidad de hacer ajustes en ella. Nuestro objetivo será conseguir que las ninfas naveguen a diferentes profundidades cambiando los ángulos de trabajo (antes que cambiar de peso). Hay tres formas básicas de modificar la presentación estándar para conseguir profundidades diferentes. Usaremos un ángulo de lance más grande para ayudar a las ninfas a llegar a más profundidad, y uno más pequeño si queremos que trabajen más altas. El efecto en la profundización de un ángulo de lance grande o abierto es debido primeramente a que va a haber más distancia antes de la zona objetivo y hay más tiempo para que las ninfas lleguen profundo. Pero también es debido a que la corriente va a hacer que el hilo quede más flojo, ya que está orientado de forma que el agua empuja las ninfas hacia el pescador acortando la distancia. Por tanto, hay que tener muy claro que lances con diferentes ángulos U tienen como resultado diferentes profundidades de pesca, y esto es una herramienta de gran valor que hay que dominar. Una buena estrategia de pesca para usar en todo momento podría ser realizar tres o cuatro derivas con un ángulo U estándar de 45º y luego modificar la presentación lanzando nuevamente más aguas arriba. También se recomienda un último lance en un ángulo de lanzamiento bajo (cercano a 0º) antes de cambiar de posición y subir río arriba.

 
 

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