La deriva que estos insectos tienen depende principalmente de la velocidad de la corriente a la profundidad en la que se encuentren. La columna de agua que va desde la superficie hasta el fondo de los ríos tiene una característica muy importante; su diferencia de velocidad entre la corriente de la superficie del agua y la corriente cerca del fondo. La velocidad de corriente más rápida se da justo debajo de la superficie y va disminuyendo gradualmente hacia el fondo. Esta diferencia de velocidades es la causante de una de las mayores dificultades de la pesca a ninfa, puesto que las ninfas deben derivar a la velocidad que la corriente tiene a la profundidad a la que se encuentren, pero están atadas a un sedal que atraviesa toda la columna de agua. El sedal es empujado por las corrientes, generando en ello una fuerza de arrastre sobre las ninfas. Esta fuerza de arrastre sobre las ninfas va a afectar a la velocidad, e incluso a la trayectoria de estas, creando por tanto, dragado. Lo que va a suceder es que las ninfas van a sufrir una aceleración que arruina la presentación y habrá que aprender cómo contrarrestarlos.
La magnitud de este efecto indeseable depende principalmente de la velocidad de la corriente, la longitud de sedal que está sumergido y el diámetro del sedal. Cuanto menor sea el área de sedal que hay en oposición a las corrientes, menor será la fuerza que estas corrientes generan sobre el sedal y menor la fuerza de arrastre (dragado) sobre las ninfas. Esto nos arroja un concepto crucial para la pesca al hilo que debemos tener muy claro. Se trata de que para una profundidad determinada, los diámetros finos permiten mejores presentaciones ya que las derivas son más naturales.

la fuerza sobre el sedal depende fundamentalmente de la longitud de hilo que hay debajo del agua y de su diámetro. Teniendo esto en cuenta podremos comparar fácilmente el uso de unos sedales con otros, a través de comparar sus diámetros. Así cotejando el sedal de 6X (0,128 mm) con el 7X (0,104 mm), a través de comparar sus diámetros tenemos que:
0,128 / 0,104 = 1,23
Lo que quiere decir que con 6X (0,128 mm) la fuerza de arrastre es un 23% mayor que con 7X (0,104 mm).
Análogamente cuando se usa sedales de 5X (0,148 mm) y 6X (0,128 mm):
0,148 / 0,128 = 1,15.
Las ninfas sufren un 15% más de fuerza de arrastre cuando se usan sedales de diámetro 5X (0,148 mm) que cuando se usa 6X (0,128 mm).

Cabe señalar que este análisis se basa en una serie de simplificaciones de la mecánica de los fluidos consideradas para facilitar la explicación y así poder extraer conclusiones útiles para aplicar en nuestra técnica de pesca.
Por lo tanto, vemos claro que los sedales finos van a resultar en menores fuerzas de arrastre sobre las ninfas, lo cual se traducirá en que las ninfas podrán moverse a velocidades más parecidas a las de las derivas naturales. Además del efecto sobre la velocidad de deriva de las ninfas.
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